jueves, 7 de enero de 2021

10 errores más comunes al hablar en público

 Te compartimos una lista de cosas que las personas suelen hacer cuando se paran frente a una audiencia y la solución para cada una de estas fallas.


Hablar frente a ene número de personas no es sencillo. Aunque no estés consciente de ello, tu público te evalúa todo el tiempo. No tendrá compasión de ti y decidirá en segundos si desea escucharte o no.

Una imagen inapropiada, evitar el contacto visual o la mala dicción pueden hacer que tu audiencia pierda el interés, así que para evitar que tus presentaciones al hablar en público sean una mala experiencia, te comparto los 10 errores más comunes y cómo corregirlos.

1. Adoptar una postura tímida o desanimada
La primera impresión que provocas la determina tu postura. ¿Se nota que sabes de lo que vas a hablar? Tu lenguaje corporal lo refleja. La seguridad de tu postura está en tu torso, pero no creas que elevar los hombros lo resuelve.

Qué debes hacer: Coloca tus pies de manera paralela (a lo ancho de los hombros), con el pie izquierdo da un paso pequeño hacia atrás y coloca las manos en forma de triángulo (juntando las yemas de las manos y palmas), después poco a poco mueve las manos conforme lo requiera tu mensaje.

2. No tener una estructura
Todo mensaje sin estructura se derrumba. Hablar por hablar lo hace cualquiera, pero atrapar a la audiencia desde el momento en que abres la boca lo logras al nunca olvidar que toda historia tiene una introducción, desarrollo y conclusión o cierre, este último es el más importante de tu mensaje.

Qué debes hacer: Jamás improvisar si no cuentas con una estructura y, sobre todo, si no sabes a dónde deseas llevar al público con tu tema. En tu introducción, habla en pasado; en tu desarrollo, en presente; en el cierre, en futuro.

3. Perder el contacto visual
El contacto visual es tan importante en la comunicación no verbal que, cuando hablas en público, si lo omites, dirás sin palabras “estoy nervioso” y además la audiencia dejará de ponerte atención, pues sentirán que no les estás hablando a ellos.

Qué debes hacer: Fortalecer tu contacto visual ante audiencias pequeñas, en la cual es muy importante ofrezcas un contacto visual a cada uno de los integrantes de tu público mientras hablas. Si dominas esto, las audiencias grandes serán más fáciles.

4. Abusar del uso de ademanes o carecer de ellos
Tu expresión corporal es energía. Si hablas con poca energía el público te responde de la misma manera, en cambio si exageras tu energía la audiencia podría rechazarte por percibir que no eres auténtico. Los ademanes son los adjetivos de tus palabras, por ello, deben de ser dosificados, pero jamás brillar por su ausencia.

Qué debes hacer: Te comparto un ejercicio muy útil. En una frase corta elige la palabra de mayor fuerza y otórgale un ademán específico.
Si digo la frase “la calidad es esencial para nuestro servicio”, la palabra “calidad” puedes representarla con el gesto que indica perfección (tu dedo pulgar e índice juntos formando un círculo y los demás dedos verticales). Ten mucho cuidado de no hacer un ademán para cada palabra de la frase o matarás su efecto.

5. Hablar con un volumen bajo
Tres de cada cuatro oradores hablan con un volumen bajo. Esto genera un impacto pobre. No se trata de gritar sino de proyectar seguridad con tu voz. Existen dos momentos cruciales para hablar con un volumen más alto: el inicio y el cierre.

Qué debes hacer: Imagina que tu voz es un dispositivo de energía y que al inicio de tu mensaje se encuentra a su máxima capacidad y que al final también. Dale fuerza a tus palabras y seguridad a tu imagen.

6. Descuidar la entonación
Éste es uno de los errores más desastrosos. Cada vez que doy una capacitación, empodero a mis clientes a atreverse a hablar con emociones, no sólo con la lógica. No debes confundir la entonación con el volumen, son dos cosas totalmente diferentes. La entonación es la emoción específica que transmites al decir algo, por ejemplo, imagina que saludas con un “buenos días” con una emoción distinta cada vez: alegre, enojado, serio, inseguro, sorprendido, temeroso. ¿Verdad que no es igual en cada ocasión? Ese es el poder de la entonación. Conecta de manera emocional.

Qué debes hacer: Di cualquier frase con una emoción distinta y en cada ocasión marca un objetivo.

7. Hablar con un ritmo inadecuado
El ritmo es la velocidad al hablar. Hay gente que habla muy rápido, y otra que habla muy lento. ¿Cuál es mejor? Ninguna. Lo ideal es aprender a hablar en distintas velocidades según te convenga para lograr el objetivo de tu mensaje. Cuando desees despertar a la acción di una frase más rápido, en cambio, cuando quieras relajar a la audiencia o despertar su curiosidad habla más lento.

Qué debes hacer: Escribe tu mensaje y decide en qué partes es importante digas una frase más rápida o lenta. Di tu discurso y observa el control que logres conscientemente de la velocidad estratégica que eliges en cada momento.

8. Hablar con mala dicción
Una vez que sabes de la importancia del ritmo al hablar tu dicción debe de ser perfecta. Si la audiencia no entiende claramente lo que dices de nada sirve saber las técnicas anteriores. En mi experiencia como entrenador para hablar en público, he descubierto que en ocasiones las palabras con diptongos o triptongos (augurar, murciélago, neurolingüística) son las que cuestan más trabajo decir. ¿Por qué sucede esto? Porque no estamos acostumbrados a vocalizar ni a adoptar correctamente la abertura de la boca al decir cada vocal.

Qué debes de hacer: No hay nada mejor que practicar trabalenguas. No importa la velocidad, sino que cada palabra se entienda. Puedes utilizar un palito de madera, pero colócalo justo en el que sientas un esfuerzo mayor para hablar. Aunque te dé risa de cómo te oyes al hablar, hazlo.

9. Proyectar que desconoces el tema
En materia de imagen importa lo que el público perciba, no lo que tú sepas. Cuando divagas o dudas parecerá que no sabes o no estás seguro de lo que hablas.  En este error caen muchos. Se confían en que como tienen un título profesional y el tema del que van a hablar lo conocen, la audiencia se emocionará de su sapiencia y se pondrá de pie. Puedes dominar un tema pero lo que cuenta es la “conexión” que logres con tus ideas y emociones. Los nervios al hablar en público han destrozado al más fuerte de carácter.

Qué debes de hacer: Practicar tu mensaje tantas veces como te sea posible. La práctica hace al maestro, no la suerte. Por cada minuto que hables deberás de practicar siete minutos más.

10. Reflejar poco liderazgo y seguridad
¿Cómo se refleja el liderazgo y la seguridad al hablar en público? Cuando has corregido todos los puntos anteriores tu sensación de control te brinda seguridad. No podrás evitar los nervios por arte de magia.

Qué debes de hacer: Te recomiendo decir tu mensaje muchas veces, y en cada ocasión enfócate en mejorar un error a la vez. Si pretendes mejorar todo a la vez te será muy complicado.

Hablar en público: cómo controlar tu tono de voz

 

La importancia del tono al hablar en público

Grave error si tenemos en cuenta que la entonación, proyección, resonancia o modulación de nuestras palabras representan 38% de los elementos que intervienen en la comunicación, mientras que 55% de la información proviene del lenguaje corporal y solo 7% del mensaje verbal, según los estudios llevados a cabo por Albert Mehrabian.

¿Cómo podemos obtener un tono de voz adecuado? ¿Cómo podemos comunicar como un líder? La clave, según explica la experta Laura Sicola en una charla TED, es que exista conexión entre lo que estamos diciendo y cómo lo estamos diciendo, para evitar que se dañe la credibilidad.

El problema de que fracasemos ante el público y no consigamos transmitir correctamente el mensaje se debe a que no acompañamos el contenido y los gestos con una entonación acorde. Imagina, por ejemplo, que estás explicando a un inversor por qué debería financiar tu proyecto, pero lo haces con un tono monótono o balbuceante que no transmitirá al oyente la seguridad necesaria para apoyarlo, aunque los datos en sí sean excelentes.

Tips para dominar la entonación

Aunque cada persona tiene su propio timbre de voz, todos podemos desarrollar su uso e incluir técnicas y registros que nos permitan alcanzar lo que denomina presencia ejecutiva vocal.

¿Cómo? Los siguientes consejos contribuirán a captar el interés de la audiencia:

1. Leer en voz alta. Sí, el primer paso para dominar el tono de voz es leer el texto que hayamos preparado. El objetivo es conseguir pronunciarlo de forma natural, como si lo estuviéramos contando de forma espontánea a los oyentes, buscando el equilibrio entre una lectura inanimada y la sobreactuación.

2. Usar los picos de entonación. Las personas no solemos percibir íntegramente el mensaje, sino que nos centramos en los patrones de entonación y en los picos de entonación. Por tanto, a la hora de expresar una idea, debemos intensificar la entonación en aquellas partes más importantes.

Hay que tener cuidado con usar muletillas a modo de preguntas al final de las frases, del tipo ¿verdad?, ¿cierto?, ¿no?, porque de este modo el patrón será repetitivo, con una subida de tono al final de la frase, y estaremos enfatizando siempre las últimas palabras, sean o no importantes. 

3. Adaptarse al público. Está demostrado que los individuos se sienten atraídos por aquellas conductas o características con las que se sienten identificados.

De ahí que un buen comunicador tendrá que adaptar su entonación al auditorio al que se dirige para conectar con ellos. No será el mismo tono si hablamos en una charla en un instituto que en una conferencia con directivos del mundo empresarial. La velocidad, los patrones, la entonación, etc. diferirá radicalmente.

4. Preparar la voz. ¿Por qué los cantantes realizan ejercicios vocales antes de salir al escenario? Calentar las cuerdas vocales y soltar los músculos que empleamos en el habla nos ayudarán a dominar durante todo el proceso nuestra voz.

Pronunciar el discurso con un bolígrafo entre los dientes, mover exageradamente los labios y lengua o hacer vibrar la garganta al decir ‘Mimmm’ nos harán estar preparados físicamente para hablar en público.

5. Respirar. Parece obvio, pero muchos se olvidan de coger aire durante las intervenciones, lo que les obliga a paralizar el mensaje de forma abrupta o terminar las frases sin suficiente fuerza, denotando inseguridad y ansiedad.

Practicar la respiración diafragmática en casa es una gran técnica para saber distribuir el oxígeno a nuestro antojo durante los discursos. 

¿Vas a hablar en público y no quieres aburrir? 10 formas de emocionar a tu audiencia

 Las cosas toman importancia emocional mientras más se acercan y adentran en nuestras propias dimensiones. Para convencer a tu audiencia, tus clientes o tus inversionistas, no basta que tengas la razón, o un gran producto. ¡Las personas no responden a la información, sino a la inspiración! Aprende a emocionar a tu público con estas diez armas atómicas.

1. Contacto

Es tan sencillo como esto: sin contacto no hay conexión emocional.

¿Quieres conectar con tu audiencia o con las personas que estás hablando? Empieza por mirarlos a los ojos.

Esto inicia por levantar la vista del papel en el que escribiste tu discurso. Nada me desespera más que un presentador, maestro de ceremonias o personalidad que lee todo su discurso y jamás mira a la audiencia. A fin de cuentas, los ojos son las ventanas del alma. 

La mirada tiene el poder de conectar hasta el punto de convertir un total desconocido en una relación humana inevitable. Cuando de pronto nuestra mirada se cruza con la de otra persona, algo maravillosamente cósmico sucede. 

No solo el contacto visual tiene su magia. El contacto espacial o físico causa una conexión poderosa e inesperada.

  • Este efecto se conoce como “El Toque de Midas”. No hay duda: el contacto causa conexión emocional. Un apretón de manos es mejor que una mirada, y un abrazo más profundo que un apretón. 

La cercanía física crea un campo magnético de conexión no directa, y acerca hasta intersectar las dimensiones de ambas personas. Así que... ¡acércate!

¿En una clase o conferencia? Muévete y desplázate de forma que puedas acercarte tanto como te sea posible con todos los asistentes. A veces puedes circular por los pasillos o acercarte a la primera fila. Si no puedes bajar del escenario, desplázate a los extremos, acercándote a la audiencia. Si estás amarrado a un atril, utiliza la mirada de forma muy consciente para crear esa conexión.

Mira a las personas. Haz contacto con ellas. Es el gran multiplicador en la comunicación, y una llave formidable para moverlos a la acción.

2. El efecto espejo

De forma natural e instintiva, todos los seres humanos enganchamos nuestros propios sentimientos con aquellos de las personas con que entramos en comunicación. Estamos contentos cuando otros están contentos; serios si todo el mundo está serio, y llegamos a las lágrimas cuando vemos a alguien quebrarse bajo el peso de sus propias lágrimas.

Esto es gracias a nuestras neuronas espejo.

¿Quieres que tu público llore? – llora. ¿Quieres que tu público ría? – Ríe. ¿Quieres que tu público se enoje? – Enójate. ¿Quieres que tu público sienta? – Siente.

Esto es muy sencillo si las cosas que dices son ciertas e importantes para ti. Es, en cambio, dificilísimo si estás mintiendo o diciendo cosas que no son relevantes para ti. Es imposible convencer si no estás convencido, o transmitir sentimientos que no existen.

Utiliza el efecto espejo para transmitir la pasión por tu tema y para sincronizar tus emociones con tu propia audiencia hasta lograr un máximo impacto.

3. Storytelling

No vendas un producto; no enumeres reglas o aburras con números. ¡Por lo menos, no exclusivamente! ¿Quieres ser un gran conversador, conferencista o maestro?

Tienes que aprender el hábito de contar historias.

Piensa en las cosas más importantes; las reglas de vida que has aprendido desde pequeño en casa o en la escuela. Te aseguro que ninguna de ellas es una explicación teórica, sino una historia.

Todos crecimos con cuentos, historias y fábulas que nos ayudaron a entender conceptos complejos de forma simple y divertida.

Las historias son connaturales al cerebro humano. Nuestro cerebro está especialmente capacitado para escuchar y entender historias, y para extraer de ellas los conceptos abstractos que aplican a nuestra propia realidad. 

  • Las historias causan emociones de alto impacto.
  • Las historias crean tribus entre quienes las comparten.
  • Las historias “se leen”; enseñan a cada quien algo distinto.
  • Las historias entretienen y emocionan.
  • Las historias son altamente recordables, repetibles y compartibles.
  • Las historias son sencillas de entender.
  • Las historias causan conexión inmediata.
  • Las historias permanecen en el tiempo.
  • Si son reales, las historias crean Ethos, tanto como Pathos.
  • Las historias nos enganchan, nos invitan al pensamiento y al diálogo.

Los grandes comunicadores, los oradores inmortales, los buenos maestros, los motivadores de alto nivel son expertos contadores de historias. Así que ¿qué esperas?

4. El futuro, el pasado y lo abstracto

Los políticos que pierden las elecciones hablan de razones. Los políticos que ganan las elecciones hablan de emociones, de sueños y esperanzas. ¿Quieres introducir grandes cambios o nuevas regulaciones en tu negocio? Antes de pedir a tus empleados que trabajen el doble o aprendan de memoria los nuevos manuales… ¡inspíralos! Ponlos a soñar… y después pídeles que hagan los sacrificios necesarios.

¿No son eso, justamente, las promesas inacabables de dos románticos enamorados? Los novios se prometen mutuamente la luna, las estrellas y la eternidad; no porque sean tontos o astronautas, sino porque la emoción exige infinito. No podrían prometer –ni aceptar- menos que el universo. 

Vende emociones; no procesos. 

Los buenos vendedores y grandes comunicadores no hablan sobre lo que la gente “dice” que quiere, sino lo que quieren más profundamente: belleza, poder, felicidad, alegría.

Recuerda que cada persona tiene en torno suyo, docenas de dimensiones que la hacen ser quien es. Háblale al niño dentro de cada persona y verás brillar en sus ojos la ilusión del primer día.

5. La humanización

¿Quieres que los datos tengan impacto? Hazlos humanos, ponles rostro, nombre e historia, y verás cómo los números se transforman en esperanza.

Esta es una extensión lógica en el uso del storytelling. Es mucho más efectivo hablar de un solo caso, de una sola familia que vive en pobreza; conocerlos y escucharlos, que hablar de “miles” de pobres o “miles” de muertos. Los números, ya lo sabemos, nos dicen muy poco.

Las empresas y corporaciones más gigantescas eligen mascotas o personajes para que los clientes puedan identificarse con algún rostro y las características que vienen asociadas al mismo. ¿Tu producto es muy técnico? ¿Tu tema es aburrido? ¡Pon rostro a las cosas y verás cambios inmediatos!

6. De ida y vuelta

La comunicación unidireccional y unidimensional (CUU) es la más aburrida de todas. La vemos todos los días en discursos de políticos, en juntas de jefes, en charlas con colegas, en rollos paternales. La vemos cada vez que alguien “dice lo que vino a decir” y se retira son conectar en absoluto con la audiencia.

La comunicación unidireccional y unidimensional ignora todos los impulsos externos; ignora a las personas que tiene enfrente e ignora a los impulsos y recursos externos del momento. Ignora las cosas que están pasando en ese momento; el ambiente, el tiempo, el humor, el modo y el ruido.

No se puede crear una conexión emocional si no es a través de un proceso circular de alimentación. Hay que saber buscar el timing, el lugar, el modo y, sobre todo, ser perceptivo de las necesidades emocionales en la audiencia que tienes enfrente.

¿Gritar? Cualquiera puede hacerlo. El arte está en gritar cuando hay que gritar y susurrar cuando hay que hacerlo. Para ello, no solo basta conocer el tema del que se habla, sino también la capacidad de “leer” al público.

7. La curva del Titanic

Si tienes más de treinta años, es casi seguro que viste la mega película Titanic en el cine. Casi apostaría que la viste dos o tres veces. No le diremos a nadie.

Como sigue siendo una de las películas más vistas de la historia, y su estructura es bastante sencilla, es un ejemplo perfecto sobre cómo crear lo que se conoce como la curva de catarsis. No solo está en el Titanic, sino en casi cualquier película, libro, obra de teatro… discurso y charla efectiva.

La curva de catarsis es en realidad un término que proviene del teatro, y representa la inmersión emocional que tiene el público durante el transcurso del mensaje. ¿Qué tan “metida” está la audiencia en la película o en el discurso?

La curva sigue dos ejes. Uno, el de la inmersión o catarsis, y otra, la del tiempo. Como observas, la catarsis es igual a cero cuando empieza la película o el discurso, y –si la película está bien hecha- va aumentando conforme avanza la trama.

La Curva de Catarsis

En el Titanic, la curva empieza cuando el joven Jack -a quien apenas conocemos- gana en una apuesta dos boletos para el trasatlántico. Luego conocemos a Rose, una chica rica y malcriada que está comprometida para casarse con un millonario medio antipático.

En los primeros diez minutos nos presentan a los personajes, pero aún no nos conectamos con ellos. El barco y la música, personajes principales, hacen también su aparición y poco a poco, nos vamos metiendo en la historia. La curva de la catarsis empieza a subir.

Un buen guion (y conferencia) nos va llevando más, metiendo más, emocionando más y más… ¡y más! hasta que el momento climático (en que Jack se hunde en el mar helado) causa el impacto que deseamos imprimir. 

Las conversaciones, reuniones y discursos tienen su propio clímax, y es importante no desperdiciarlo (no lanzar ¡la gran idea! o ¡la gran promesa!) antes  de haber avanzado en la curva de catarsis. De otra manera, la semilla cae en muy mal terreno.

8. Imágenes poderosas

Un viejo (y conocido) proverbio chino dice: “Una Imagen dice más que mil palabras”, y es verdad. Las imágenes son poderosas y nos permiten procesar muchísima información en muy poco tiempo.

Hablo aquí de imágenes dentro de la comunicación como uno de los materiales de apoyo más utilizados. La mejor regla del Power Point es esta: usa muchas imágenes y muy poco texto. Cuanto más sencillo, mejor.

Si tienes que transmitir mucho texto, envía un correo, imprime algunas copias o cómprales un libro. Pero en tu presentación, el texto en pantalla no hará sino distraer a la audiencia de lo que estás diciendo. ¡Nada o casi nada de texto! Apenas unas pocas palabras por diapositiva y, en cambio, muchas imágenes, de buena calidad, que expresen la emoción que quieres compartir con ellos.

En mi experiencia, el Power Point es la mayor amenaza en la comunicación moderna. Usa pocas diapositivas con muchas imágenes y permite que los verdaderos protagonistas (tu público y tú) creen una conexión real.

9. Mucho más que dos

Los sentidos son lo que nos conecta con el mundo, son las ventanas de nuestra percepción y, por tanto, la materia prima de nuestras emociones, sentimientos y conocimientos. Todos conocemos cinco, pero tenemos más de veinte.

Y sin embargo… solemos reducir nuestra comunicación a dos de ellos: la vista y el oído. ¿Por qué?

La única razón es que así nos hemos acostumbrado, pero en verdad no hay razón para limitar nuestra comunicación a dos sentidos. Por el contrario: todos los sentidos son capaces de afectar nuestro estado de ánimo y la forma en que percibimos el mundo y las personas que nos rodean.

Los sabores, olores, ambientes; los colores, los sonidos, la iluminación, la música y todas las cosas que se perciben con los sentidos crean una atmósfera o ambiente que, sin lugar a dudas, impacta en el momento de abrir los canales de comunicación. 

Esto tiene cualquier cantidad de aplicaciones en la familia, en los negocios, en las ventas, en la enseñanza y en la vida; pero parte de un sencillo principio: preparar tu comunicación implica preparar el ambiente. Los sentidos crean sensaciones; las sensaciones, emociones. Las emociones, conexiones.

10. La montaña rusa

Imagen: via GIPHY

Estoy seguro de que conoces esta escena.

El pequeño Simba, el príncipe, juega en medio de un desfiladero.

De pronto, una manada de antílopes se asoma por el horizonte. Simba está en peligro.

Su papá Mufasa, el Rey de la Selva, viene a rescatar a su hijo. ¡Y lo logra! Pero su traicionero hermano Scar lo arroja a su muerte.

Simba se acerca al cuerpo sin vida de su padre.

“¿Papá?... ¿Papá…? Vamos, tienes que levantarte...”

Una de las mejores escenas en la historia del cine, sin duda, y la muestra de por qué Disney se ha consolidado como una de las grandes storytellers de todos los tiempos: el uso efectivo de la montaña rusa como gancho emocional.

El mayor asesino de la emoción es la predictibilidad. Tanto en el amor como en los negocios y al frente de una audiencia; si el público sabe qué vas a decir y cuáles son tus conclusiones ¿para qué escuchar tu discurso?

Mantén secretos, dales un misterio. No existe persona que no guste de las sorpresas, de los giros en la trama y de lo inesperado. Deja que rían y deja que lloren. Las emociones mueven. Aprende a utilizarlas en tu favor.

EJERCICIOS DE ORATORIA

CUALIDADES Y ACTITUDES DEL ORADOR.

  CUALIDADES DEL ORADOR. Entre las cualidades con que debe contar todo buen orador, cade destacar la naturalidad, la sinceridad, la humildad...